¿Esto vale la pena o me gusta solo a mí?
- Yabebiry
- 8 jun
- 5 Min. de lectura
Validación creativa. ¿Cómo lograrla sin perderte en el intento?

Una reflexión íntima y práctica sobre crear, buscar aprobación, fallar… y volver a confiar en uno mismo.
Esa pregunta que no debería doler… pero duele:
"¿Esto que hice es bueno? ¿O solo me gusta a mí?" Es una pregunta dulce e inocente… pero a la vez, traicionera. Empieza con curiosidad, como un acto de exploración. Pero pronto se disfraza de miedo:
👉 ¿Qué pasa si no es suficiente?
👉 ¿Qué pasa si solo me gusta a mí?
👉 ¿Y si no es “bueno” para los demás?
👉 ¿Cómo lo sé?
Nos quedamos ahí, atrapados entre la duda y la expectativa de que, para que algo valga, alguien más lo tiene que confirmar.
Abraza tu rareza y tu derecho a crear, aunque no seas bueno en ello.
En plena pandemia, me compré el libro Embrace Your Weird de Felicia Day y en la página 4 me topé con una frase que todavía resuena en mi:
“Tienes derecho a hacer algo que te hace bien, aunque no seas bueno en ello.”
Me cayó como una puntada con hilo: ¡claro! Lo había olvidado: tenemos derecho a crear y hacer cosas que nos gusten, aunque no brillen o conquisten miradas. Sí. Tenemos derecho a explorar sin la exigencia de que todo encaje, tenga un propósito claro, aporte a nuestra carrera, venda o sume de forma immediata al porvenir.

¿Estamos comprometidos a que todo sea brillante y perfecto?
¿Por qué tanto miedo a manchar un papel? ¿Por qué preferimos hacer casi cualquier cosa antes que garabatear? ¿Por qué decimos “yo no sé dibujar” cuando todos sabemos trazar una línea?
El garabato no miente, ni tiene pretensiones. No busca técnica, ni discurso. No busca explicación. Se trata mucho más de “ser”, que de "hacer" o "parecer". ¿Sera por ello que nos incomoda tanto?
Da más miedo garabatear delante de alguien, que bailar sin saber de coreografía o correr sin ser maratonista. Pero ahí, en ese miedo, está también la semilla: crear es mostrarse y mostrarse da miedo. Punto y otro renglón.
Garabatear, es un acto de validación emocional.
A través de mi passion project Yabe, propongo garabatear no como un acto artistico, sino como un triunfo de auto-conocimiento y valentía porque:
Nos conecta con el presente.
Nos enseña a expresarnos sin juicio.
Nos entrena en flexibilidad.
Nos recuerda que sentir ya es más que suficiente.
Garabatear no es un hobby, es un recordatorio de que la creatividad no pide permiso y nos acompaña toda la vida. Basta abrirle la puerta.
Por mucho tiempo, busqué sin querer… y me perdí
Como tantas personas creativas (y sensibles), busqué durante años validación creativa y emocional, aún sin saberlo. De colegas, de redes, de amigos, de familia. Todo. Y cuanto más la buscaba, más invisible me sentía.
👉 Porque la validación externa nunca alcanza si no hay validación interna.
👉 Porque sin validación emocional, hasta el mejor feedback duele y confunde.
Carl Rogers, psicólogo humanista, lo dijo con claridad: la creatividad florece en entornos que no juzgan. Y si eso faltó en tu infancia o en tus vínculos, no es raro que ahora te cueste más de lo que puedes admitir.
Feedback y aprobación: no son lo mismo
Me hubiera gustado aprenderlo antes, pero mejor tarde que nunca:
👉 Pedir feedback no es lo mismo que buscar aprobación.
👉 El feedback verdadero te ayuda a crecer. Te da perspectiva y te hace preguntas que nutren tu proceso.
👉 La aprobación no es feedback: la necesitamos para sentir que valemos y para que alguien nos diga que lo nuestro “sirve”.
El riesgo es claro: cuando solo buscamos aprobación, podemos perdernos en lo que los otros esperan de nosotros y de ellos. El desafío es aprender a buscar feedback, escucharlo con buena actitud y recordar que al final, decidimos nosotros.
Sapere Aude: “Atrévete a saber”
Este lema –que me encanta– lo retomo como un recordatorio constante: no se trata de saber más. Se trata de saber desde uno mismo.
👉 Saber qué escuchar y qué descartar.
👉 Saber que tu voz y tu experiencia tienen valor, aunque no todos la vean.
👉 Saber que a veces lo que parece una crítica… no lo es. Y lo que parece un halago… no lo necesitas.
El peligro de pedir feedback: a quién sí y a quién no.
Es clave: no todos son el público correcto para ver tu proceso más crudo o interno. No en vano, se suele decir que amigos y familia –sin querer– suelen ser los primeros en desanimar o desestimar nuevas ideas. A veces sucede desde el miedo o la sobreprotección. Otras porque no entienden lo que queremos construir y está bien. Ese es el riesgo de tener una idea "nueva".
Tu desafío:
👉 Saber qué voces te nutren y cuales no.
👉 Saber cuáles hablan desde el amor y la construcción; y cuáles desde sus propios miedos.
👉 Validar tu deseo antes de que lo validen (o no) desde afuera.
¿Y entonces… cómo nos validamos sin perdernos?
👉 Validarse no es convencerte de que tenés talento.
👉 Es aceptar que lo que hacés, tiene valor para ti. Porque te hace bien, es parte tuya y expresa eso que necesitas. No necesitas permiso. No más que el tuyo.
Cuando dejé de buscar aprobación y empecé a sostener lo que hacía desde mi, algo cambió. Y es que la validación que buscaba ya estaba en mi: yo me creía, me entendía, sabía (aun sin saber) lo que necesitaba y debía buscar. Pero... estaba tan aferrada a que alguien más lo validara y me diera la razón, que me perdí en las mares de la aprobación ajena.
Paradójicamente, no bien abandoné esos intentos y creí en mi misma, la validación externa también comenzó a llegar.
Pero ya no era una necesidad desesperada: era un regalo, un extra... La base ya estaba.
Consejos prácticos y reveladores para validarte creativamente
Antes de mostrar, reconocé lo que hiciste bien. No del resultado, sino del proceso. ¿Qué te sorprendió? ¿Qué te hizo sentir presente?
Compartí solo con personas que te entienden. No todos merecen ver tus ideas crudas. No todos saben cuidarlas. El responsible de cuidarte y cuidarlas eres tu.
Escuchá feedback, pero decide desde vos. Tomá nota de todo lo que te dicen, pero no lo conviertas en mandato.
Usá tu cuerpo como radar. Después de crear, ¿sentís paz o angustia? La paz es señal de coherencia. Confia en ella.
No compares tu expresión con el resultado final de otros. Vos ves el posteo o el resultado editado, pero no sabés cuántos borradores hubo.
Acordate de esto (copialo si querés): Lo que te hace bien, vale la pena. Tu valor no depende del aplauso. Crear es validarse y existir.
¿Qué tiene que ver todo esto con la validación emocional?
Todo. Validarte emocionalmente es decirte: “Tiene sentido que te sientas así.” Y eso… es la base de toda creatividad. Porque sin esa seguridad, creamos con miedo y sin libertad.
Ejercicio Yabe: garabatear como quien respira:
Tomá una hoja. Poné música si querés. Y durante 3 minutos, garabateá lo que sentís. Sin pensar. Sin buscar que quede “lindo”.
Después, completá esta frase: “Hoy me permití…” Eso es validarte.
En resumen:
Crear sin validación emocional es como plantar flores en cemento. Crear desde la validación propia es sembrar en tierra fértil.
No necesitás ser brillante. Solo necesitás creer en tu voz. Y esa voz, aunque temblorosa, ya está diciendo algo importante: "Estoy acá. Tengo algo que decir y me valido porque me escucho."
Comments